En Nueva España de 1750 en adelante se aplicaron una serie de reformas políticas llevadas a cabo por los Borbones, Conocidas como "Reformas Borbónicas", transformaron muchas instituciones y costumbres, en algunos casos empeoraron o mejoraron la vida del novohispano.
Una de las cosas que cambiaron fue que el clero diocesano tomaron las parroquias que por mucho tiempo habían sido dirigidas por otros religiosos, esto afectó a las comunidades o pueblos de los indígenas ya que no todos los sacerdotes conocían su lengua.
Durante esta época hubo muchos cambios como la creación del ejército y de las milicias, prestamos forzosos,que eran peticiones constantes para apoyar las guerras de la corona, consolidación de los vales reales la cual obligaba a los deudores de la iglesia a pagar lo debido a la corona en caso de no hacerlo los bienes de la personas se subastarán. También durante esta época fue la expulsión de los jesuitas de la monarquía española, algunos murieron en el camino y los pueblos que los defendieron perdieron todos sus derechos.
"El botafuego de la revolución"
Así llamó el abogado y periodista insurgente don Carlos María de bustamante a los graves acontecimientos ocurridos en la ciudad de México a partir de 1808.
Con las renuncias de Carlos IV y Fernando VII, se desencadenó una tempestad, en el reino no había ninguna autoridad, Iturrigaray preocupado por su próxima sustitución en el cargo le agrado la propuesta del ayuntamiento capitalino, los regidores le pedían continuar en su cargo y dirigir la junta de Representantes del reino que se reunirían en la ciudad de México.En ausencia de un monarca legítimo, decidieron atentar contra el virrey Iturrigaray e impedir la reunión, en la noche del 15 de septiembre de 1808, ingresaron 300 hombres y aprehendieron al virrey y a su familia en el Real Palacio. Al impedir la creación de una junta Gubernativa, también ocasionaron que los americanos comprendieron que el diálogo se cancelaba y la violencia triunfaba.
Desde aquella desgracia del 15 de septiembre de 1808 hasta el 14 de septiembre de 1810, la Nueva España no contó con un virrey legítimo, enviado por las autoridades de la península. Quizá si los conjurados de San Miguel el Grande, Querétaro y Dolores hubieran sabido que por la tarde del 14 de septiembre de 1810 había entrado a la capital novohispana el virrey Francisco Xavier Venegas , enviado ahora si por autoridades legítimas peninsulares, hubiesen decidido retrasar la insurrección.
"El altar y el trono"
La insurrección iniciaba el 16 de
septiembre de 1810, fue una lucha ahora no contra una fuerza extranjera, sino que,
contra padres e hijos, esposo y esposa, hermanos contra hermanos, vecinos y
amigos, esta fue una guerra que duró 11 años para terminar en septiembre de 1821.
El “Altar” y el “Trono” es decir la religión y la monarquía eran las dos autoridades
más respetadas en Nueva España, para salvaguardarlos se crearon las primeras tropas
de caudillos de la rebelión, a los españoles europeos se le acusaba de traición
por no apoyarlos adecuadamente. Los insurrectos en Nueva España no querían ser
igual a los revolucionarios franceses quienes deshonraron a los conventos y
destruyeron iglesias.
La violencia
La independencia o igualdad es lo
principal que buscaban los insurgentes, pero se logró por medios violentos. Tres
principales masacres ocurrieron en distintos lugares durante esta lucha de la insurrección,
algunas en la Alhóndiga de Granaditas, dos a manos de los insurgentes y una por
los realistas, en clara demostración de que la guerra ocasiona una falta de respeto
por la vida de los demás sin importar bando o facción.